Bienvenido verano. Bienvenido el sol que pega en la cara y nos achina los ojos. Bienvenida, también claro, la sequedad del pelo, que más que nunca, debe ser cuidado a conciencia. Te damos algunas claves para protegerlo del sol, tanto antes como durante la exposición.
Mejor prevenir que curar
El cuidado del cabello debe hacerse todo el año, pero la primavera cobra vital para prepararlo a lo que será la peor estación para él. Junto a productos adecuados a tu tipo de pelo, es tiempo de ampliar tus rutinas con nuevos tratamientos en forma de sérum o mascarillas y aceites nutritivos e hidratantes. Si mantenés el pelo sano con estos pequeños hábitos diarios, evitarás que llegue castigado al verano. La primavera también es un buen momento para visitar la peluquería y seguir algún tratamiento revitalizador o de hidratación profunda, que selle la cutícula y la deje bien cerrada y protegida.
Qué hacer durante la exposición solar
Los rayos UV penetran en el cuero cabelludo y debilitan los folículos pilosos (concavidad bajo la piel en la que crece cada pelo). Esto conlleva una deshidratación que modifica su estructura, porque en general, el pelo necesita entre el 15% y el 17% de agua. Por eso en los casos de exposición excesiva, se cuartea la melena y, como resultado, se obtiene un cabello seco y áspero.
El sol que recibimos, por ejemplo, en la playa es más dañino que el de la ciudad o la montaña, porque se conjuga con otros factores. El salitre tiene efecto lupa y atrae los rayos solares, el viento arrastra partículas que producen mayor sequedad, y los minerales marinos producen oxidación y una destrucción progresiva del cabello. En los casos de piletas, el cloro puede afectar a la coloración.
Por eso, te aconsejamos usar sombreros y pañuelos si estás al sol, sobre todo si tenés el pelo mojado. Existen productos destinados a proteger el pelo del sol y del cloro, que se deben aplicar antes de la playa o de entrar a la piscina. Si te sumergís, cuando salgas enguajate la cabeza y reaplicá el protector.
