Comer un chicle no solo te remonta a la infancia. Según dicen, también mejora el aspecto y la elasticidad de la “papada”. Sí, ese vaivén en tu boca contribuye a reducir la flacidez y a fortalecer la musculatura de tu cuello, una de las partes más olvidadas de nuestro cuerpo (hasta cierta edad).
Un secreto clave está en la forma de mascar. Al contrario de lo que nos enseñan de chiquitas, cuanto más abras la boca para masticar, más ejercitamos los músculos de la cara. Por eso, obviamente, te sugerimos realizar este ejercicio a solas. Con que repitas este gesto un par de veces al día, es más que suficiente.
Otro dato: si el chicle es sin azúcar, mucho mejor. Cuidá el aspecto de tu cuello y escote, por supuesto, pero sin descuidar las calorías y la salud dental. Además, según la ciencia, la goma de mascar también ayuda a perder peso porque contribuye a la sensación de saciedad por más tiempo.
Otros ejercicios
Resulta que mascar chicle no es la única forma de eliminar la flacidez. Hay varios ejercicios que se pueden realizar. Una opción es colocar una pelota de tenis debajo de tu mentón y después, apretarla contra tu pecho. Si no tenés este objeto a mano podés simular el mismo movimiento y agregar movimientos laterales de cabeza a un lado y al lodo, de forma suave y manteniendo la postura unos segundos.
Tratamientos estéticos
Por supuesto que nada de esto dará resultado sin la ayuda de la ciencia y la medicina cosmética. Actualmente, hay muchos tratamientos para reducir el exceso de grasa, de piel y de arrugas en cuello y escote. Te invitamos a una consulta médica con el Dr. Julio Ferreira, quién te asesorará sobre cuál es la mejor técnica para tratar tu flacidez, según tus necesidades específicas.
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